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Fiesta de la Sagrada Familia |
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FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA
25 de Diciembre de 2025
(Consulte el Archivo para ver reflexiones pasadas y futuras.)
Eclesiástico 3:2-7,12-14; Salmo 128:1-5; Colosenses 3:12-21; Mateo 2:13-15,19-23
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2. -- P. Jude Siciliano OP <FrJude@JudeOP.org>
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"PRIMERAS IMPRESIONES"
FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA (A)
28 de diciembre de 2025
Eclesiástico 3:2-7,12-14; Salmo 128:1-5; Colosenses 3:12-21; Mateo 2:13-15,19-23
Por: Jude Siciliano , OP
Queridos predicadores:
GRACIAS por tu Adviento/Navidad Donaciones. Agradezco su apoyo para que podamos seguir ofreciendo estas reflexiones gratuitamente, especialmente a quienes viven en parroquias y misiones con pocos recursos.
Si aún deseas hacer una donación:
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"Primeras impresiones"
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3150 Vince Hagan Dr.
Irving, Texas 75062-4736
O para una donación segura en línea, vaya a:
https://www.preacherexchange.com/donaciones.htm
Gracias.
A la luz de las Escrituras de hoy, no
aprovecharía esta ocasión para hablar de la Sagrada Familia como modelo de
perfección ni para sugerir que simplemente la imitemos. Debemos evitar el
sentimentalismo. Esta "sagrada familia" está huyendo, su vida amenazada, en
particular la del niño inocente. Aunque nuestro santuario aún conserva apacibles
pesebres navideños, la imagen serena y romántica puede confundirnos. Una semana
después de Navidad, el niño debe ser cuidado en el exilio. En Egipto, la familia
se convierte en una familia de refugiados. Este pasaje invita a reflexionar
sobre la realidad contemporánea de la vida familiar en nuestro propio país: los
vulnerables deben ser protegidos; muchos viven en el exilio o amenazados,
enfrentándose a fuerzas poderosas. En particular, muchas familias pobres están
asediadas. Analicemos primero la lectura en sí y luego consideremos una
reflexión contemporánea.
El Evangelio de Mateo presenta un eco deliberado del Éxodo. El pueblo elegido estuvo exiliado en Egipto, guiado por Moisés. Mateo presenta a Jesús como el Nuevo Moisés, que guía a su pueblo fuera de Egipto, o, metafóricamente, fuera de cualquier exilio (pecado, opresión, alienación) en el que nos encontremos. Desde el principio, Mateo enfatiza que Dios está liberando activamente al pueblo. Y es un "pueblo" a quien Dios libera: somos salvados en comunidad. Dios entra en nuestra situación humana, incluso acompañándonos a lugares donde nos sentimos "lejos de casa".
Esta es la historia de una familia pobre e indistinguible que se enfrenta al poder de fuerzas que escapan a su control. Al llevar a esta familia al exilio, Dios se solidariza con todos los pobres y desplazados. Al terminar el año con un enfoque en la familia, quizás el nuevo año nos ayude a ser más conscientes y a ser más solidarios con la familia. Quizás nos veamos como una comunidad, conectados unos con otros a través de nuestro Dios Padre. Esta conciencia nos llama a cuidar especialmente de los miembros más vulnerables de la familia humana.
Para conmemorar el décimo aniversario de su carta pastoral, Justicia Económica para Todos, los obispos emitieron un nuevo mensaje. Reconocieron que tenemos una economía notablemente fuerte y creativa, pero que muy poco de su crecimiento llega a todos. Describieron tres "naciones" o "familias" que conviven:
Los que prosperan, los que impulsan la nueva economía de la información y les va bien económicamente.
Los oprimidos, cuyos ingresos reales están disminuyendo, dejándolos en la incertidumbre de cómo cuidar de sus hijos.
Los desanimados y desesperados, una clase baja cuyos hijos crecen en la pobreza extrema.
Los obispos nos recuerdan que estamos llamados a ser un pueblo de fe, no clases en pugna; hermanos y hermanas, no estadísticas económicas. La fiesta de hoy nos trae esta lección: el Salvador recién nacido nació lejos de casa y tuvo que huir al exilio. Esta fiesta nos sensibiliza ante las familias que viven hoy en el exilio.
Los obispos vieron la parroquia como un lugar ideal para promover el bien común y contribuir a un mundo más justo y compasivo. Fomentaron la participación en la vida pública, fomentando el respeto por la dignidad de cada persona. Las parroquias educan a los fieles sobre la doctrina de la Iglesia, sus responsabilidades y la necesidad de evaluar las políticas públicas según los valores del Evangelio. Exhortan a expresarse con valentía, habilidad y preocupación sobre asuntos públicos que afectan los derechos humanos, la justicia social y la vida de la Iglesia. Un principio rector subyace a todo esto: el llamado a la familia y a la comunidad.
El Papa León XIII ha escrito sobre los migrantes, señalando que la migración forma parte de la historia del pueblo de Dios (como en la huida de María y José), y que la Iglesia «siempre ha reconocido en los migrantes una presencia viva del Señor». En su exhortación apostólica Dilexi te («Te he amado»), escribe:
La Iglesia, como una madre, acompaña a quienes caminan. Donde el mundo ve amenazas, ella ve niños; donde se construyen muros, ella tiende puentes. Sabe que su anuncio del Evangelio solo es creíble cuando se traduce en gestos de cercanía y acogida. Y sabe que en cada migrante rechazado, es Cristo mismo quien llama a la puerta de la comunidad.
Haga clic aquí para obtener un enlace a las lecturas de este domingo:
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122825.cfm
P.
Jude Siciliano, OP <FrJude@JudeOP.org>
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