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Adviento II |
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ADVIENTO II
(A)12/07/2025
(Consulte el Archivo para ver reflexiones pasadas y futuras.)
Isaías 11: 1-10; Romanos 15: 4-9; Mateo 3: 1-12
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Adviento
II
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ADVIENTO II
12.07.25
Isaías 11: 1-10; Romanos 15: 4-9; Mateo 3: 1-12
La bella poesía del profeta Isaías nos capta la imaginación y nos lleva a una visión de paz y armonía. Pensamos en los imagines en tarjetas de Navidad- el lobo al lado del cordero y el leopardo durmiendo al lado del cabrito. Nos encanta la idea del niño jugando sin miedo en la cueva de la víbora o sobre el agujero de la cobra. Es una visión de un mundo a paz- y nosotros anhelamos tal mundo.
Nos facina la idea de animales que normalmente son enemigos comiendo y durmiendo juntos, sin peligro de peleas. Soñamos con la visión del mundo de hoy existiendo en tanta armonía. Pero mayormente consideramos tal visión un ideal, algo que nunca vamos a ver en nuestra vida. Aceptamos las palabras de Isaías como un sueño y no como una visión de un mundo posible.
Pero la lectura indica que vendrá un rey que puede crear condiciones donde hay paz. El profeta escribió en un tiempo cuando el pueblo vivió bajo la amenaza de invasión y guerra. Siempre había miedo de un ataque. Sin embargo, el profeta insiste que vendrá un rey que puede establecer un reino basado en la justicia. Este rey se preocupará de los desamparados y no se dejará llevar por apariencias, ni odio, ni violencia. La paz existirá no basada en el control de los poderosos, sino en la autoridad y voluntad de Dios.
La paz que vemos en esta lectura no es solamente la falta de conflictos. Es más bien la coexistencia de razas distintas. Nos hace pensar en cómo podemos entender esta paz hoy en día. No es una paz que existe porque cada grupo tiene su vecindario distinto, su propia área para trabajar y descansar. Muchos piensan que tenemos paz cuando los Latinos tienen su vecindario, los morenos otro, y los blancos otra parte. Piensan que hay paz cuando los musulmanes viven en una parte del estado y los cristianos y judíos en otra. O tienen la idea de que las escuelas son mejores si todos los alumnos vienen de una sola clase económica. Pero esa no es la visión de Isaías. La paz de Isaías viene cuando todos pueden llevarse bien- sin miedo, ni falta de confianza.
Este tipo de paz no viene de por sí. Necesita esfuerzos grandes para vencer nuestras inclinaciones de ponernos primero e ignorar las necesidades de otros. En el Evangelio escuchamos las palabras de Juan el Bautista. El nos dice que para que llegue el reino de Dios, tenemos que arrepentirnos, tenemos que cambiar nuestro corazón y nuestra mente. No es una cosa fácil. Tenemos que perder los resentimientos y prejuicios que existen en nuestro corazón. Tenemos que reconocer las necesidades de otros como tan importantes como las nuestras. Tenemos que aceptar que los que viven bien tienen responsabilidad por los que tienen menos.
Cuando empezamos a pensar en esta visión de paz, vemos que cada uno puede hacer algo para promover la posibilidad. No es cuestión de leer las lindas palabras y soñar con la esperanza de que Dios haga el trabajo. Dios se hizo humano hace dos mil años. Dios pide la colaboración de todos nosotros para crear un reino de paz aquí en la tierra. Adviento es un buen recuerdo de que la promesa de Dios se va a cumplir con nuestra participación. Si queremos la paz, es necesario cambiar el corazón y crear un espacio donde enemigos ya no existen. Empezaremos hoy en la familia, en la Iglesia, y en la comunidad.
Sr.
Kathleen Maire OSF <KathleenEMaire@gmail.com>(Las últimas siempre aparecen primero).
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